Con motivo de un nuevo aniversario de nuestra ciudad en el mes de junio, la Comisión de Cultura hizo el lanzamiento de una actividad llamada HISTORIAS DE TARARIRAS. La idea fue invitar a personas mayores a escribir anécdotas e historias de tiempos pasados, con el objetivo de rescatar esa memoria y compartirlas con las generaciones más jóvenes. Estas HISTORIAS forman parte de nuestra cultura local, es por eso que queremos compartirlas ya que seguramente provocarán recuerdos y otras historias. Agradecemos a quienes participaron haciendo posible esta actividad.
HISTORIA
En los años 1959-1960, yo tenía 16 años y Tarariras una población entre 1500 y 2000 habitantes.
El pueblo estaba abastecido por tres grandes casas comerciales : la de Guillermo Greising, la de A. Carlos Dalmas y la de González y Alonso. Cada una era casa de “ramos generales” y abarcaba todos los rubros: almacén, tienda, ferretería, bazar, además eran agentes de distintas marcas de automóviles y maquinarias agrícolas. Greising era representante de Ford, Dalmas de Internacional y González y Alonso de Studebaker.
Además, Greising era representante de ANCAP y distribuía nafta y querosene en el medio rural, surtiendo a casi toda la campaña. El combustible venía en tanques de 200 litros, grises, con dos aros de hierro alrededor, para hacerlos rodar.
También había muchos comercios chicos : tiendas zapaterías, con nombres de familias judías como Patoka, Policar, Jarovich.
Existían tres sucursales bancarias: República, Valdense y San José. El gerente del Banco República era López Silveira, que casi siempre salía a tomar un aperitivo al Club Nacional, que en ese momento estaba cerca de Firenze Calzados, sobre calle Roosevelt (hoy B. Bacigalupe) y allí nos enseñó a jugar al billar.
El gerente del Banco San José era don Roberto Soto y el del Valdense, Juan Pedro Davyt.
También había tres estaciones de servicio: ESSO, SHELL y ANCAP, muchos talleres mecánicos, barracas, panaderías, carnicerías y comercios de distintos productos.
Luis Budiño